Comencé escribiendo en el
buscador Bing: “Jóvenes, lectura, alfabetización” y encontré muchísimas
imágenes al respecto. Sin duda hay muchas imágenes que invitan a abrir páginas
y saber de qué se trata su contenido. Creo que si una imagen logra incitarnos a
abrir y explorar una página Web, está creando un puente que va más allá de lo
que ya comunica como imagen en si misma.
Me dio muchísimo placer encontrar
una imagen de una obra del escultor Jaume Plensa.
Hice clic sobre la imagen y leí
al pie una frase de Paulo Freire:
"La alfabetización es más, mucho más que leer y escribir. Es la habilidad de leer el mundo, es la habilidad de continuar aprendiendo y es la llave de la puerta del conocimiento"
Puse en el buscador del Google
las palabras iniciales de esta frase, para ver si encuentro más información y
llego a un artículo que habla sobre el Día Internacional de la Alfabetización (http://www.enredate.org/cas/dia-internacional-de-la-alfabetizacion).
El artículo es breve pero, en pocas palabras, dice muchas cosas y abre la
posibilidad al análisis y la polémica. Se hace en él una distinción entre
alfabetización básica y alfabetización funcional.
"Se habla de alfabetización básica cuando una persona sabe leer y escribir y las reglas elementales del cálculo. Según la UNESCO una persona es analfabeta cuando 'no puede leer ni escribir una breve frase sobre su vida cotidiana'. Sin embargo a las cifras mencionadas al principio se unen centenares de millones de 'analfabetos funcionales', es decir, personas que saben leer y escribir una frase sencilla pero que no van más allá de eso. Por ejemplo, que no saben rellenar un formulario, interpretar un artículo de un periódico o usar los números en la vida cotidiana (rellenar un cheque)".
Creo que hay dos cuestiones
importantes en este tema. En primer lugar, las personas analfabetas no son,
necesariamente, ignorantes. Tienen en su haber personal, saberes, valores, vivencias,
experiencias, competencias, que los definen y construyen como personas. La
alfabetización para ellos es, sin duda, importantísima. Acceder a una
herramienta que les permita asir la realidad desde otro punto de vista,
comprenderla aun más y desenvolverse adecuadamente dentro de ella, apuntala el
progreso, no solo personal, sino del entorno en que viven. Pero esta
alfabetización funcional tiene que partir desde el bagaje de conocimientos que
esas personas ya tienen y representar la posibilidad de resignificar sus
vivencias y ser el cimiento de nuevos proyectos.
Esto queda muy claro leyendo el
texto que nos acerca Daniel Prieto Castillo, cuando comenta la idea que Don
Simón Rodríguez tenía sobre lo que debía ser la educación:
Don Simón pedía una lectura social y cultural de su realidad,
porque “¿Qué
leerá el que no tiene ideas? Excepto unos pocos Romances, que tratan de amores,
cavernas y espantos, no hay lectura que se emprenda, sin ideas de la materia”.
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Por otra parte, existe el
problema de la ausencia de interés por la lectura. No se trata de si la lectura
es en un libro de papel o en un libro digital. Muchos niños y jóvenes se
resisten a leer.
Empezamos a preguntarnos: ¿Qué
hacer para que los alumnos se interesen por leer? ¿Qué hacer para que leer les
resulte grato? ¿Qué hacer para que logren agilidad en la lecto-escritura?
Tal vez este mundo tecnológico
nos esté ofreciendo un valioso puente hacia los intereses de nuestros jóvenes.
No se trata solamente de
alfabetizar. Se trata de desarrollar en las personas el hábito de leer. Y con
ello, la capacidad para analizar lo que se está leyendo. Y con ello, sembrar la
necesidad de saber, la inquietud por encontrar respuestas.
En lo que respecta a las tics,
suele ocurrir que nuestros alumnos están mucho más familiarizados con ellas que
nosotros mismos. Pero esto no garantiza que usen esta poderosa herramienta para
sumar experiencias y aprendizajes.
Hay que tener en cuenta que,
aunque en Internet parece estar todo servido en bandeja y las búsquedas son
mucho más ágiles, es necesario saber buscar, seleccionar y constatar la validez
de la información encontrada. Desarrollar criterios, tener claro lo que se está
buscando y qué de todo lo que se encuentra es útil. Y saber también que hay
algunas cosas que no vamos a encontrar en Internet.
Entonces surgen otras preguntas:
¿Qué rol cumplimos los docentes ante la rapidez con que se sumergen los jóvenes
en el mundo de la informática? ¿Cómo debemos trabajar junto a ellos para que
este nuevo modo de acercarse al conocimiento resulte en experiencias de
aprendizaje?
Se sobreentiende que, de
antemano, debemos manejar este nuevo lenguaje para poder guiar a nuestros
alumnos.
Alfabetizarnos para luego
trabajar con ellos aprovechando sus conocimientos y afrontando nuevos desafíos.
“Si está claro que nuestra tarea de educadoras y educadores es
colaborar para siempre en el impulso a sucesivas alfabetizaciones, más claro
está que poco y nada podemos aportar a ellas sin un constante esfuerzo de
alfabetización personal y grupal”.
Daniel Prieto Castillo
“Las tecnologías digitales han puesto en manos de las nuevas
generaciones algo que significó casi siempre una carencia para nuestra
formación de educadores y para las oportunidades de aprendizaje de los jóvenes:
la posibilidad de producir por la palabra, por la imagen, por múltiples medios;
la posibilidad de comunicar lo producido a círculos cada vez más amplios de
seres humanos, y la posibilidad de obtener respuestas y de sentirse motivado a
seguir produciendo. Asistimos, perplejos, a una fantástica alfabetización
comunicacional, basada en producciones e interacciones”.
Daniel Prieto Castillo
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