miércoles, 9 de mayo de 2012

Alfabetización TICs



Comencé escribiendo en el buscador Bing: “Jóvenes, lectura, alfabetización” y encontré muchísimas imágenes al respecto. Sin duda hay muchas imágenes que invitan a abrir páginas y saber de qué se trata su contenido. Creo que si una imagen logra incitarnos a abrir y explorar una página Web, está creando un puente que va más allá de lo que ya comunica como imagen en si misma.
Me dio muchísimo placer encontrar una imagen de una obra del escultor Jaume Plensa.




Hice clic sobre la imagen y leí al pie una frase de Paulo Freire:


"La alfabetización es más, mucho más que leer y escribir. Es la habilidad de leer el mundo, es la habilidad de continuar aprendiendo y es la llave de la puerta del conocimiento"

Puse en el buscador del Google las palabras iniciales de esta frase, para ver si encuentro más información y llego a un artículo que habla sobre el Día Internacional de la Alfabetización (http://www.enredate.org/cas/dia-internacional-de-la-alfabetizacion). El artículo es breve pero, en pocas palabras, dice muchas cosas y abre la posibilidad al análisis y la polémica. Se hace en él una distinción entre alfabetización básica y alfabetización funcional. 


"Se habla de alfabetización básica cuando una persona sabe leer y escribir y las reglas elementales del cálculo. Según la UNESCO una persona es analfabeta cuando 'no puede leer ni escribir una breve frase sobre su vida cotidiana'. Sin embargo a las cifras mencionadas al principio se unen centenares de millones de 'analfabetos funcionales', es decir, personas que saben leer y escribir una frase sencilla pero que no van más allá de eso. Por ejemplo, que no saben rellenar un formulario, interpretar un artículo de un periódico o usar los números en la vida cotidiana (rellenar un cheque)".


Creo que hay dos cuestiones importantes en este tema. En primer lugar, las personas analfabetas no son, necesariamente, ignorantes. Tienen en su haber personal, saberes, valores, vivencias, experiencias, competencias, que los definen y construyen como personas. La alfabetización para ellos es, sin duda, importantísima. Acceder a una herramienta que les permita asir la realidad desde otro punto de vista, comprenderla aun más y desenvolverse adecuadamente dentro de ella, apuntala el progreso, no solo personal, sino del entorno en que viven. Pero esta alfabetización funcional tiene que partir desde el bagaje de conocimientos que esas personas ya tienen y representar la posibilidad de resignificar sus vivencias y ser el cimiento de nuevos proyectos.
Esto queda muy claro leyendo el texto que nos acerca Daniel Prieto Castillo, cuando comenta la idea que Don Simón Rodríguez tenía sobre lo que debía ser la educación:


Don Simón pedía una lectura social y cultural de su realidad, porque  “¿Qué leerá el que no tiene ideas? Excepto unos pocos Romances, que tratan de amores, cavernas y espantos, no hay lectura que se emprenda, sin ideas de la materia”.


Por otra parte, existe el problema de la ausencia de interés por la lectura. No se trata de si la lectura es en un libro de papel o en un libro digital. Muchos niños y jóvenes se resisten a leer.
Empezamos a preguntarnos: ¿Qué hacer para que los alumnos se interesen por leer? ¿Qué hacer para que leer les resulte grato? ¿Qué hacer para que logren agilidad en la lecto-escritura?

Tal vez este mundo tecnológico nos esté ofreciendo un valioso puente hacia los intereses de nuestros jóvenes.
No se trata solamente de alfabetizar. Se trata de desarrollar en las personas el hábito de leer. Y con ello, la capacidad para analizar lo que se está leyendo. Y con ello, sembrar la necesidad de saber, la inquietud por encontrar respuestas. 

En lo que respecta a las tics, suele ocurrir que nuestros alumnos están mucho más familiarizados con ellas que nosotros mismos. Pero esto no garantiza que usen esta poderosa herramienta para sumar experiencias y aprendizajes.
Hay que tener en cuenta que, aunque en Internet parece estar todo servido en bandeja y las búsquedas son mucho más ágiles, es necesario saber buscar, seleccionar y constatar la validez de la información encontrada. Desarrollar criterios, tener claro lo que se está buscando y qué de todo lo que se encuentra es útil. Y saber también que hay algunas cosas que no vamos a encontrar en Internet.
Entonces surgen otras preguntas: ¿Qué rol cumplimos los docentes ante la rapidez con que se sumergen los jóvenes en el mundo de la informática? ¿Cómo debemos trabajar junto a ellos para que este nuevo modo de acercarse al conocimiento resulte en experiencias de aprendizaje?
Se sobreentiende que, de antemano, debemos manejar este nuevo lenguaje para poder guiar a nuestros alumnos.
Alfabetizarnos para luego trabajar con ellos aprovechando sus conocimientos y afrontando nuevos desafíos.

“Si está claro que nuestra tarea de educadoras y educadores es colaborar para siempre en el impulso a sucesivas alfabetizaciones, más claro está que poco y nada podemos aportar a ellas sin un constante esfuerzo de alfabetización personal y grupal”.
Daniel Prieto Castillo



“Las tecnologías digitales han puesto en manos de las nuevas generaciones algo que significó casi siempre una carencia para nuestra formación de educadores y para las oportunidades de aprendizaje de los jóvenes: la posibilidad de producir por la palabra, por la imagen, por múltiples medios; la posibilidad de comunicar lo producido a círculos cada vez más amplios de seres humanos, y la posibilidad de obtener respuestas y de sentirse motivado a seguir produciendo. Asistimos, perplejos, a una fantástica alfabetización comunicacional, basada en producciones e interacciones”. 
Daniel Prieto Castillo




El desafío de fundamentar



A lo largo de mi práctica docente, me ha sucedido en innumerables ocasiones, que he tenido que fundamentar por escrito las razones por las cuales se da Artes Visuales en la escuela. Contar de qué se trata y por qué está presente en la currícula educativa este campo de conocimientos, no ha sido un problema. Sin duda, es agradable escribir a cerca de aquello que nos apasiona. 

Sin embargo, fundamentar y defender nuestra presencia ante colegas y padres, siempre ha sido un desafío mayor. Nos encontramos con la pregunta: ¿De qué sirve Artes Visuales? De primera movida, la pregunta tiene esa impronta utilitaria que se percibe como ajena a nuestras prácticas.

Pareciera que, de no mediar una evidente función utilitaria, la presencia del arte en el ámbito escolar, no encontrara justificación. A mi entender y de acuerdo a lo que me transmitieron profesores, colegas, gente de arte, no hay una sola justificación, sino muchas.  
En primer lugar, tengamos en cuenta que el ser humano ha dado muestras de manifestaciones artísticas desde la Prehistoria. Y sino, basta con mirar las imágenes de la Cueva de Altamira en el precioso municipio español de Santillana del Mar. Los arqueólogos hablan de la función mágica de esas manifestaciones. Sin embargo, no sabemos si, además de dibujar y pintar aquello que deseaban cazar, los hombres de la Prehistoria , experimentaron el goce estético de plasmar sus ideas e imágenes sobre la piedra. 
El Arte, como manifestación en constante movimiento y mutación, ha reflejando la vida de la sociedad a través de un lenguaje muy complejo. Sus funciones, religiosas, históricas, ideológicas, etc., han ido cambiando el lugar de prioridad en distintas épocas. Pero queda claro que la función estética es y ha sido el cimiento de todas las otras.  
Por otra parte, vivimos en un mundo que utiliza, para comunicarse, una infinidad de símbolos, signos y recursos visuales, sea que se apliquen de modo artístico o no. Publicidades de diversa índole, señales de tráfico y una infinidad de diseños, utilizan elementos de artes visuales para dar forma a su expresión. 
A todo esto se suma la presencia de esa necesidad innata que tienen las personas, de expresarse creativamente utilizando herramientas artísticas. Imitando la naturaleza, volcando ideas y sentimientos por medio de trazos y colores o creando formas nuevas con un sello personal, de cualquier modo que su tiempo histórico lo conciba, el ser humano nunca va a dejar de producir arte. 
A veces, a modo de protesta, me pregunto: ¿Dónde está escrito que una parte de la sociedad podrá hablar un idioma que la otra parte no pueda entender?

Entonces, tal vez la asignatura de Artes Visuales tenga, entre sus finalidades y justificaciones, un fin utilitario: Dar a conocer un lenguaje plástico, en muchas ocasiones, de comunicación no verbal, facilitar el entendimiento de sus manifestaciones y propiciar la posibilidad de experimentarlas.

Así como es necesario aprender el lenguaje que hablamos y por eso existe la asignatura de Lengua, así también es necesario entender el lenguaje visual y por eso existe la asignatura de Artes Visuales. 

Con la perspectiva de nuestro mundo actual, con sus tintes, sus luces y sus sombras, es que crean los artistas, hablan los publicistas y comprenden quienes manejan el lenguaje visual.





Reflexiones